El problema es que a lo largo de la historia se ha visto que las normas no han sido congruentes con lo que los estudios de preservación han indicado. Ha sido difícil tener un control por parte de las autoridades. Igualmente los ciudadanos tienen que hacerse más parte del proceso de conservación. El ciudadano no ha promulgado el hecho de pelear por el tema de la veeduría de los cerros, solo deja que las instancias gubernamentales lo hagan.
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