lunes, 19 de noviembre de 2007

Un viaje entrenubes (Reserva natural entrenubes)

Bogotá, es una ciudad cosmopolita, polifacética y multicultural. Lugar donde el hombre como persona no importa y son explotados como lo es un recurso natural del que depende toda una región y más de 5000 familias o hasta más, los cuales no tienen participación y sus voces son ignoradas por los Colonizadores tanto políticos y económicos de un territorio tan extenso como este.

Solo existe un lugar en esta jungla de cemento el cual acoge y rompe esa estructura social por la que están rodeados y contextualizados, donde todas las personas reprimidas por estos conquistadores sienten una paz y un alivio ante su cruda realidad como maquinas productoras de dinero.
Este lugar antes mencionado es un ejemplo de recuperación para el medio ambiente y participación ciudadana, donde cada uno de sus arboles es protagonista de esta grandeza natural y cada uno de sus rincones tiene una historia que contar dentro de una espesa cortina de hermosas y desconocidas especies de animales y plantas.

El distrito ha creado unos guías forjadores del cuidado hacia el medio ambiente, quienes desarrollan caminatas ecológicas para las personas que asisten al parque, para conocer la diversidad de especies existentes en este parque llamado entrenubes el cual para muchos, es algo parecido al cielo imaginado por las personas.

En el comienzo de la caminata ecológica se escucha de fondo una tranquilizante quebrada la cual da apertura a un viaje esplendido donde el ruido capitalino se va aislando y hace olvidar la explotación de la que el hombre hace parte, al encontrarse dentro de una carretera para peatones la cual ya fue marcada por ladillos y cemento que conlleva a un campamento donde se moldean sueños y creaciones por habitantes de los barrios aledaños a este parque, unos con problemas físicos otros no pero con un mismo ideal preservar y conocer mas y mas la naturaleza que cada vez esta mas extinta por el no cuidado y la no concientización por parte del hombre.

Al dejar atrás esta fábrica de sueños se da inicio al ascenso hacia la parte más alta del parque, por ese camino asfaltado y fabricado por el hombre el cual trae a la mente esa urbe de cemento que se quiere olvidar así sea por un día en compañía de la naturaleza y el silencio que esta construye a su alrededor en defensa propia y evitar, ser devastada por el hombre; este silencio que da comienzo a un hermoso camino de herradura como por el que transitó nuestro ejercito libertador en su lucha por una nueva Colombia. Al llegar a la parte más alta se escucha de fondo una alarma construida por los naturales de un barrio de invasión que se encuentra dentro del parque, esta sirena fue creada por los habitantes para alarmar a sus nativos de cualquier invasión, ya sea por parte del distrito o por algún desconocido para ellos. De esta forma se sentirán más seguros en su territorio.

Al continuar con la caminata llegamos a un paraíso terrenal donde el silencio era absurdo y solo se escuchaban ya los pasos cansados de los participes de esta travesía, quienes fueron aturdidos y acariciados por esa corriente de aire fría de los paramos que hace sentir esa armonía con el medio ambiente y crea un solo ser, el cual los hace sentir lo únicos dueños del mundo dándole un nuevo aire a su marcha ya exhausta y cada vez mas lenta pero oxigenizada por este aire tan puro del que muchas plantas absorben para su subsistencia.

Subsistencia que se nota al caminar por un sendero húmedo y lleno de vida natural donde el ruido de la civilización no existe y es amortiguado por estas montañas enormes que hacen ver al hombre como una minúscula célula viviente, en un fabuloso organismo lleno de vida y los papeles son suplantados creando un respeto ante esta nueva realidad momentánea y fascinante de la que se es protagonista.

Es tanto la dominación de este organismo que para su defensa crea caminos resbalosos y bruscos donde el hombre es poco estable y esta a la margen de este cuerpo tan hermoso y exuberante, el cual recibe una caminata de más de 2 horas con un hermoso y no contaminado nacimiento de agua dulce el cual da como finalizado el descenso a estas montañas tan alejadas de la civilización, que para su sostenimiento son adornadas y fortalecidas con árboles nativos sembrados por un grupo de estudiantes de un colegio distrital de algún barrio aledaño al parque, quienes con sonrisas llevan a cabo este acto tan importante para su futuro y el del parque.

Después de haber observado esta actividad se comienza de nuevo un ascenso para ya finalizar esta caminata y encuentro con la naturaleza tan cercano y humano como lo es este, de nuevo aparece el camino ya creado y construido por el hombre el cual nos confirma que estamos de nuevo en la tierra.

Por: Juan Fernando Sanin E
Politecnico Grancolombiano

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